martes, marzo 10

EL NUEVO TAROT DE LAS HADAS

HISTORIA

El nuevo Tarot de las Hadas respeta la estructura clásica del Nuevo Tarot de marsella. 
Por otra parte, dos de los nombres de los arcanos mayores han sido cambiados en este tarot: La Sacerdotisa se ha convertido en la Vidente y el Papa, en el Sabio.
Para encontrar el origen de este Tarot encantado deberemos recurrir a una frase que todos hemos oído infinidad de veces durante nuestra infancia: "¡Erase una vez...!". Y es que las hadas han acompañado el corazón inocente de los niños desde que el hombre aprendió a soñar y en sus sueños se preguntó cuál era el secreto de la vida de las flores, los árboles, los ríos y todo cuanto existe en la naturaleza y lo desveló bajo la poética forma de los cuentos de hadas. Si observamos el crecimiento de una flor y su belleza, el olor de su perfume y cuán perfecta es, no se puede pensar que algún tipo de inteligencia rige su evolución. Hadas, gnomos, duendes, elfos, sirenas, salamandras, y todo tipo de seres mágicos que trabajan incansablemente día y noche para que cada flor o valle resplandezca y rebose de magia, devolviendo al espíritu humano la inocencia y el poder de la maravilla y el misterio.
Al unir la magia del mundo sutil de las hadas y el poder profundo de los arquetipos del tarot, surge este nuevo tarot de las hadas, que nos permitirá conectar de nuevo con el niño que todos llevamos dentro.


SIMBOLOGÍA DE LOS ARCANOS MAYORES




EL LOCO 0: Está representado por la imagen de un elfo, un genio o espíritu del aire en la mitología escandinava, de expresión enloquecida y ojos desorbitados. El personaje parece que emula al príncipe Hamlet. Al igual que él, expone el famoso dilema "Ser o no Ser", aunque el loco es a la vez pregunta y respuesta.
En su mano izquierda sostiene una calabaza (fuente de la vida y símbolo de regeneración), similar a las de Halloween. Sobre su cabeza luce una corona de oro en la que se abre una enorme cerradura y sus vestiduras están profundamente decoradas con todo tipo de llaves, lo que le convierte en puerta de acceso y clave (llave) a la vez.




EL MAGO I: Nos muestra a un elfo ejerciendo las artes mágicas en su laboratorio, alrededor del Mago aparecen los instrumentos de su arte. Entre ellos figuran los que corresponden a los elementos, un disco, una copa, una espada corta y una lámpara flotante. 
Está de rodillas sobre una caja (el inconsciente), realizando pases mágicos para hacer aparecer un ratón blanco, mientras otro ratón le observa. Sobre su cabeza luce una especie de enorme gorro frigio (poder creativo) que termina en una espiral (movimiento de la energía). 



LA VIDENTE II: Vemos un hada, señora de la magia y espíritu de la naturaleza, que representa los poderes paranormales de la mente. Se encuentra sentada y lee detenidamente el libro de la revelación (símbolo del infinito). Destaca un decorado de piedra con una escalera (vínculo entre el cielo y la tierra). En la vidente aparecen varios dragones de piedra (encarnación de las potencias primordiales) junto a la puerta de madera con el grabado de una especie de reloj de arena (el paso del tiempo).







LA EMPERATRIZ III: Está representada por un hada gigantesca azul, el color de los dioses y de la espiritualidad. Se encuentra sentada sobre las murallas de un castillo (protección y refugio) que hace las veces de trono y aparecen diversas almenas que contienen pequeños jardines, que simbolizan el orden cósmico y el paraíso. Entre sus brazos estrecha a un pequeño unicornio (pureza virginal).







EL EMPERADOR IV: Nos muestra a un joven silfo (espíritu elemental del aire) sentado en un trono (enaltecimiento y grandeza), que parece flotar en el aire. Tanto el trono como el escabel en el que apoya sus pies son de barro (la tierra). En el respaldo del trono aparece grabada una corona (realeza y poder). A pesar de pertenecer al elemento aire, sus pies se hunden en la tierra que forma el escabel. En la lámina podemos ver que aparecen, además del personaje central del emperador, un unicornio alado y una espada (elemento aire) flotando sobre trozos de barro.





EL SABIO V: Muestra a un pequeño y anciano elfo sentado sobre un gran reloj de arena (el paso del tiempo), que está muy concentrado escribiendo con una larga pluma (clarividencia) sobre un pergamino; a sus pies aparece un dragón rojo (fuerza). El Sabio representa al señor del tiempo que dicta las leyes de la naturaleza.








LOS ENAMORADOS VI: Ilustra una escena en la que un espíritu de la tierra, sentado sobre una montaña de piedras, parece sujetar una sílfide, o espíritu femenino del aire. Ésta se encuentra suspendida en el aire boca abajo e intenta tocar al espíritu terrestre. Representa la atracción de los contrarios.






 


EL CARRO VII: Es una granada (fecundidad) convertida en carruaje. Sobre ella, un hada atraviesa un puente (paso del estado humano al celeste) sobre un río (la vida). Un pequeño elfo dirige a un ratón y a un tritón (emblema del elemento fuego) que tiran del carro.







LA JUSTICIA VIII: En esta baraja la justicia aparece como el número XI como si fuera el nuevo tarot de Marsella. Está representada por un hada niña de piel y cabellos blancos, para simbolizar tanto la inocencia como la pureza, y de ojos ciegos, aunque sobre la frente luce dibujado un tercer ojo (capacidad de ver más allá de las apariencias). 
Los ornamentos del hada que representa la justicia son de oro y entre sus manos aparece flotando una pluma, representación del peso de un alma justa. Detrás de la figura, las construcciones humanas tan sólo son sombras.






EL ERMITAÑO IX: Representa una imagen poco habitual, ya que su caótica escena contrasta con la perenne quietud y prudencia que suelen presidir los arcanos número IX de otras barajas. Un gnomo, tocado con un sombrero de copa, baja por una escalera con una lámpara encendida. A su alrededor, las distintas escaleras y puertas rompen todas las leyes de la física. Subiendo o bajando, según se mire, aparecen seres irreales. Representa las contradicciones internas.








LA RUEDA X: La acción se nos muestra como un juego entre dos hadas de distinta edad, una anciana y otra joven, que simbolizan las dos etapas entre las que se desarrolla la existencia. Ambas están formando una espiral en el suelo con piezas en miniatura, entre las que hay casas, torres y arcos, como representación de las construcciones humanas. También colocan árboles (la naturaleza) y algunos animales (las fuerzas de la vida).





LA FUERZA XI: En este caso, la fuerza en esta baraja va con el número VIII, como si fuera la justicia, ya que contrasta la escena del arcano del nuevo tarot de marsella.
La fuerza está encarnado por un espíritu de la tierra que, bajo la forma de un niño guerrero (la conquista a través de la inocencia), ha vencido y atado sin aparente esfuerzo a una serpiente dragón (el mal). El pequeño personaje del arcano de la fuerza tiene en su tocado de pieles tres cuernos, que simbolizan la fuerza y el poder en los tres reinos. Envaina en su cinturón lleva una espada (el poder de la mente).




 

EL COLGADO XII: Representa a un joven elfo de las aguas buceando cabeza abajo para aferrarse a un delfín esculpido en piedra que descansa en el fondo arenoso. El delfín, símbolo del guía de las almas, parece pertenecer a los restos enterrados de alguna construcción. Representa la inmersión en el subconsciente.
Alrededor del colgado aparecen diversos peces multicolores que representan la fecundidad y la muerte. 







LA MUERTE XIII: Nos muestra un tablero circular sobre el que aparecen distintas piezas de un juego. Las oscuras son una rueda (los ciclos), una torre, un dragón (el mal), un ángel de la muerte y un caracol (renovación constante), y las claras, un rey situado en el centro del tablero y una estrella caída (ejército celestial). El conjunto simboliza el campo de acción donde las fuerzas cósmicas del yin y el yang plantean su batalla. La joven hada de mirada perdida tiene un ojo azul y otro rojo, para poder mirar la luz y la oscuridad.
El hada del arcano de la Muerte luce un colgante dual: una luna plateada rodeada por los rayos del sol. Sobre su cabeza pende un huevo (la vida en germen).






LA TEMPLANZA XIV: Aparece una bella hada de agua o ninfa de color verdoso, largos cabellos azules y escamas en el vientre y los brazos. Alrededor de su cabeza giran cuatro peces y junto a ella humean tres pebeteros ( representa la serenidad).






EL DIABLO XV: Vemos un gran monstruo de fuego, cuya cabeza está rematada por dos grandes cuernos (fuerza y poder primitivos). Con sus manos arranca los árboles (la vida y la naturaleza) y los devora (representa el poder salvaje y destructor del fuego).





LA TORRE XVI: Una aparentemente sólida torre construida en piedra, pero desarraigada del suelo y flotando entre las nubes. Por una de sus ventanas se asoma un elfo, mientras que bajo su base aparecen dos reptiles voladores prehistóricos que, sin duda, representan los poderes ancestrales del aire y el cielo.




LA ESTRELLA XVII: La hermosa imagen de un hada nocturna formada por los rayos de Luna y la tenue luz de las estrellas sirve para ilustrar al arcano.
La estrella asomada a un balcón, aspira el aire de la noche, mientras las estrellas que la forman se elevan en el cielo nocturno (representa el poder de expandir la conciencia).







LA LUNA XVIII: Aparece un hada lunar, su atuendo y su báculo de poder en forma de media luna nos indican que es la encarnación del misterio y la magia del astro nocturno. Ella controla el mundo emocional, los sueños y las ilusiones, y conoce los ciclos de la vida (representa lo oculto e invisible).
La figura que aparece de la luna dibuja con la mano derecha símbolos lunares en la arena, mientras parece estar en trance. Desde el cielo, una enorme luna llena ilumina la escena y un dolmen semiderruido.




EL SOL XIX: Bajo un cielo azul surcado por nubes y en el que aparece un gran sol dorado, símbolo del espíritu. Nos muestra a un elfo del Sol, de alas y cabello rojo, permanece sentado sobre un campo de dorada hierba (la vida) absorbiendo los rayos solares (símbolo de la luz de la razón). Representa la seguridad y la felicidad.








EL JUICIO XX: Presenta la imagen de una joven adormecida sobre una mesa de dibujo y con un pincel en la mano, su vara de poder. En el papel que estaba pintando vemos la doble espiral, símbolo del doble movimiento de la energía. Sobre la mesa y a su alrededor aparecen los seres que, surgidos de su imaginación, llenarán los papeles que cuelgan de la pared. Sobre su cabeza, el hada de la inspiración sopla el cuerno de la abundancia.




EL MUNDO XXI: Nos muestra flotando en el espacio infinito un enorme caracol (renovación constante) que transporta sobre su caparazón un castillo amurallado (protección). Iluminado por el sol en su lado derecho y por la luna en el izquierdo (yin y yang). Dentro de las murallas aparecen edificios y de su centro emerge una montaña (unión entre el cielo y la tierra), coronada por una torre de la que surge un dragón. Una pequeña hada revolotea sobre el dragón (representa la totalidad potencial).