sábado, marzo 28

TAROT DE LOS DRAGONES

HISTORIA

El diseño de este Tarot mantiene la estructura del Tarot Rider-Waite en lo referente a sus 22 arcanos mayores, ya que la Justicia se presenta con el número XI y la Fuerza con el VIII. En cuanto a los arcanos menores, son los clásicos 56 naipes repartidos en cuatro palos de 14 cartas cada uno, 10 de ellas enumeradas y cuatro cartas de corte.
El nombre de Sota se ha sustituido en el Tarot de los Dragones por el de Infanta, además cada uno de los palos está representado por una de las cuatro formas principales en la que la humanidad ha caracterizado a los dragones: los bastos son los dragones terrestres, las copas son los dragones orientales, las espadas los dragones europeos y los oros son las serpientes emplumadas de los mayas.
El Tarot de los dragones retoma la mágica atracción que estos poderosos símbolos del inconsciente colectivo han ejercido desde siempre en la imaginación del ser humano.
Para los pueblos del Extremo Oriente, los dragones son las energías que fluyen en el interior de la Tierra, en las corrientes celestes o en los ríos, lo que conocemos actualmente como energías telúricas. Para los occidentales, representan las energías primigenias ancestrales presentes durante la Creación y que las sociedades patriarcales relacionaron con el principio femenino y de la oscuridad, en contraposición con el principio masculino y de la luz. En algunas culturas precolombinas, relacionadas con la Madre Tierra y la polaridad femenina Quetzalcóatl (la serpiente emplumada) era el señor de la luz y la civilización y el adversario de la oscuridad.



SIMBOLOGÍA DE LOS ARCANOS MAYORES


EL LOCO (0): Es el cazador de dragones. Este naipe nos muestra a un joven jinete tan enfrascado en su intento por dar caza a un dragón, símbolo de la energía primigenia (representado por un reptil volador), que está a punto de despeñarse por un precipicio con su brioso corcel.
Tanto las armas como los blasones y los arreos pertenecen a culturas distintas y representan los distintos continentes. Con ello se pretende simbolizar la obsesión universal del hombre en la búsqueda del dragón como guardián de tesoros y dones mágicos.





EL MAGO (I): Está personificado por el mismo Merlín, el mago por excelencia, que pronuncia un conjuro mientras sujeta una antorcha para extraer con su llama el poder espiritual del dragón. Sobre la mesa hay un tablero (imagen del mundo manifestado) con algunas fichas blancas y rojas en forma de dragón (simbolizan las dos energías básicas del universo). Al lado del tablero está flanqueado el arcano del mago por una escultura de dos amantes entrelazados (símbolo tanto del poder del amor como de la energía sexual) y por una vela encendida en forma de colmena (emblema de laboriosidad).






LA SACERDOTISA (II): Representa a la dragona blanca mesopotámica Kur (símbolo de la pureza del poder abismal del espacio en reposo preñado de posibilidades, pero anterior a la creación), adormecida bajo un oscuro cielo estrellado y recostada sobre un monte rocoso. A sus pies, aparece una camella blanca (símbolo persa del guardián del paraíso), sentada sobre un lecho de todo tipo de flores y frutos (abundancia).
 LA EMPERATRIZ (III): Se representa como un dragón azul llamado Tiamar (simboliza el caos primordial, la vibración que rompe la quietud e inicia el proceso de la vida al combinar los elementos presentes en el abismo primordial), la fuerza y la energía femeninas de la creación en la tradición mesopotámica.
Este arcano parece ser la continuación del anterior, ya que la imagen nos muestra a la misma dragona, a la luz del día y se ha transfigurado volviéndose de color azul, el color de la espiritualidad.
Esta vez, se alza sobre el montículo y exhibe sus pechos mientras mira al cielo, que descarga sobre ella el agua de la tormenta. A sus pies, la camella blanca emprende la huida. Al final del proceso, el cuerpo de Tiamat encadenado a los pozos del abismo se convertirá en la Tierra.



EL EMPERADOR (IV): Representa a Tifón, el nuevo rey, el dragón que vengó la muerte de los Titanes, derrotó a Zeus y le robó el trono del Olimpo. La impresionante escena que nos muestra este arcano parece sacada de una pesadilla. En ella, un enorme dragón con cabeza de asno (emblema de la ignorancia) y tentáculos en lugar de cola suelta fuego por la nariz, mientras sujeta entre sus garras de serpientes (la fuerza pura) el cuerpo muerto de un hombre.
Frente a él, unos corderos (representación de las víctimas propiciatorias) corretean ignorándole. El aire parece fuego y de una montaña surge una cabeza de cabra (símbolo de Aries, signo al que pertenece el arcano).




EL PAPA (V): El dragón que encarna al Papa es el Leviatán, monstruo marino que según la Biblia estuvo al principio y presenciará el final. Aquí, el dragón se nos muestra bajo el océano, entre las ruinas de la Atlántida y los restos de dos barcos de distintas épocas, para mostrarnos su permanencia en el tiempo. Con su cola, el Leviatán rodea una cruz, indicando que también presenciará el final de la Iglesia cristiana cuando llegue el día del Apocalipsis.







LOS ENAMORADOS (VI): Es la leyenda de Sigurd, príncipe de los Voslungos, que después de matar al dragón Fafner se bañó en su sangre para hacerse invencible. Al hacerlo, una hoja de tilo cayó en su espalda, a la altura del corazón, y dejó ese espacio vulnerable.








EL CARRO (VII): Es un emperador chino cabalgando por el cielo en un dragón imperial de cinco garras (Long). Él es el protector del emperador y su medio de transporte hacia el cielo de los inmortales.








LA FUERZA (VIII): Es el dragón celta. El tarot de los dragones ha representado, simbólicamente, uno de los misterios más grandes de la antigüedad. En él podemos ver a un dragón bajo la capa de la Tierra que, con su fuerte brazo, sustenta la corteza terrestre sobre la que se asienta Stonehenge. Esta lámina representa las líneas de fuerza (o venas del dragón) del interior de la Tierra que desde siempre se han utilizado para construir monumentos sagrados.







EL ERMITAÑO (IX): Es el dragón guardián. Una de las leyendas de los dragones dice que son los guardianes de los tesoros de la Tierra. Este arcano nos muestra a uno de estos guardianes bajo una bóveda y sentado sobre una montaña de oro, sobre la que aparece un huevo con una serpiente enroscada (el huevo del mundo) y una quimera de tres cabezas (lo oculto).






RUEDA (X): Vemos dos dragones, uno blanco y otro negro (el yin y el yang) girando en torno a un Sol central (el espíritu humano). A su alrededor, y surgiendo de las cuatro esquinas del mundo, aparecen los guardianes de la humanidad; el león, que protege contra el mal; la garza que trae armonía y felicidad; el caballo, para la esperanza y la felicidad; y el ángel es el mensajero de los dioses.





LA JUSTICIA (XI): Muestra la leyenda sueca de Beowulf. En ella se cuenta cómo un imprudente hombre robó parte del tesoro de la tumba de un antiguo rey guardada por un dragón; éste, enfurecido, asoló una ciudad. Entonces, su anciano rey Beowulf salió a combatirle y le mató, aunque él también murió en la batalla. El arcano nos muestra la épica escena presidida por una efigie de la Justicia, significando con ello que toda transgresión deberá ser compensada.




EL COLGADO (XII): Vemos un hermoso castillo almenado (Camelot), frente al que ondea un estandarte en el que destaca la efigie de un dragón rojo sobre los colores blanco y verde (la bandera de País de Gales). Cuenta la leyenda que este estandarte fue el que usó Uther Pendragon, rey de Britania y padre de Arturo.





LA MUERTE (XIII): Muestra la lucha de San Jorge contra el dragón. Un caballero con armadura, montando sobre un caballo blanco y en cuyo escudo luce una cruz roja sobre fondo blanco (símbolo de la victoria de Cristo sobre el mal), lucha contra el dragón.




LA TEMPLANZA (XIV): Es Hidra de Lerna, dragón con forma de serpiente policéfala que según llegó a tener hasta 1000 cabezas. Se cuenta que, cada vez que se le cortaba una cabeza, en su lugar crecían dos más. Murió a manos de Heracles y simboliza la mutación y la regeneración constante de la vida.





EL DIABLO (XV): Vemos una representación de Apofis (símbolo del mal), inmensa serpiente que durante las noches atacaba una y otra vez la barca de Ra (Dios del Sol), intentando evitar el nacimiento del nuevo día. La imagen nos muestra el Sol encadenado por el dragón serpiente, que además amenaza a la humanidad, encarnada por un joven egipcio.
Al fondo, las pirámides nos recuerdan el origen de este mito. El diablo aparece un pequeño dragón dorado que simboliza la contrapartida del mal representado por el enorme dragón negro.



 LA TORRE (XVI): Se presencia cómo el dragón permanece clavado al suelo a causa de su soberbia, ya que se jactaba de ser el creador de la tierra y el cielo. Los rayos divinos le atormentan y un ángel, de espada flamígera, mensajero de Dios, le custodia hasta el fin de los tiempos. A su espalda, vemos la Torre de Babel, que cayó por la arrogancia del hombre.






LA ESTRELLA (XVII): Nos muestra una bella imagen del cielo nocturno visto desde el hemisferio boreal, en el que destaca el conjunto de estrellas conocido como Draco o constelación del Dragón. Se trata de la representación celeste de Ladón, el dragón guardián de las manzanas de oro (símbolo de la inmortalidad, el conocimiento y la libertad) del Jardín de las Hespérides, que después de morir a manos de Heracles fue colocado en el cielo por Hera bajo la forma de constelación.



LA LUNA (XVIII): (Lo femenino) representa el mito de Apolo matando a la diosa Pitón bajo la forma de una serpiente. La luna creciente ilumina una ciudad griega (cultura) mientras que la serpiente Pitón (poder protector de las fuentes de la vida) surge de entre las dos columnas del templo y alza su cabeza hacia el astro, a sus pies, Apolo le apunta con una flecha para matarla. Representa el triunfo del héroe solar, el patriarcado y lo masculino sobre la Diosa.







EL SOL (XIX): De nuevo Heracles vuelve, quizás porque él es el héroe solar por excelencia y el dragón representa la energía femenina primigenia, por lo que simboliza el patriarcado sometiendo al matriarcado. Aquí le vemos matando al guardián del Jardín de las Hespérides, el dragón Ladón.








EL JUICIO (XX): Nos muestra la escena de la extinción de los dinosaurios, el animal real más parecido al dragón y cuyos huesos fósiles dieron pie, según algunos estudiosos, al mito del dragón. Mientras cae fuego del cielo (energía espiritual regeneradora), un ángel toca la trompeta (el mensajero de Dios).


EL MUNDO (XXI): Nos muestra la imagen del mundo (planeta Tierra) rodeado por la serpiente mitológica Jormungandr (símbolo del mismo mundo para los vikingos) y que en el día del Ragnarök (apocalipsis vikingo) subiría a la Tierra para morir a manos de Thor, dios del trueno.