lunes, julio 25

TAROT DE JANE AUSTEN

HISTORIA

A finales del siglo XVIII y principios del XIX, Inglaterra vio nacer un gran interés por el conocimiento, la razón se imponía por toda Europa y el comercio con las colonias y los países exóticos traía continuamente nuevas ideas y modelos de comportamiento. Además, la industrialización permitió a la mujer iniciarse en el mundo del trabajo remunerado y comenzó a ganar terreno y buscar el reconocimiento de sus derechos. En este caldo de cultivo intelectual fue donde la joven Jane Austen creció rodeada de los innumerables volúmenes de la biblioteca de la rectoría de Steventon, donde su padre, el reverendo George Austen, ejercía su ministerio e impartía instrucción a algunos jóvenes de la gentry para ingresar en la universidad, lo que preparó a Jane para su futura vocación de escritora.
Tanto en el grupo de los 22 arcanos mayores, como en el de los 56 arcanos menores, este Tarot mantiene la disposición estructural de Marsella, aunque permutando los arcanos de la Fuerza y la Justicia. En el caso de los arcanos menores, los nombres de los palos se han modificado para tomar el de elementos comunes a las románticas costumbres del Imperio Británico: "las velas sustituyen a los bastos (entusiasmo, vitalidad, pasión y deseo)"; "las tazas, a las copas (emociones, amor y sensibilidad)";"las plumas, a las espadas (pensamiento, expresión oral e intelecto)", mientras que los oros no cambian de nombre (salud, dinero, lo físico y lo tangible).

SIMBOLOGÍA DE LOS ARCANOS MAYORES

 

EL LOCO (0): Nos muestra a una joven sonriente y ataviada con un ampuloso vestido rococó (moda típica de finales del siglo XVIII), con su ajustado corsé y el típico miriñaque y luciendo un gran sombrero con plumas y flores. Esta imagen sustituye al clásico bufón del tarot de marsella, que camina por un verde paisaje campestre acompañado por un perro (guardián y guía) que trota a su lado. Al fondo, y surgiendo de entre las ramas de un frondoso roble (símbolo de fuerza y eje del mundo), aparece una lujosa mansión (el universo). El loco alude a la inocencia.




EL MAGO I: Tiene lugar en el interior de una típica casa señorial británica de finales del siglo XVIII. En ella vemos, iluminado por la luz de una vela (símbolo de la chispa de vida individualizada), colocada sobre la tapa de un piano de pared (emblema de la vibración), a un joven vestido al gusto de la época (representación del hombre) que mantiene un animado discurso mientras sujeta un libro en su mano (el conocimiento). Frente a él, dos mujeres, una anciana vestida de negro que sujeta una labor de costura entre sus manos (representación del poder creador femenino y ancestral) y una joven vestida de blanco (representación del alma), parecen escucharle atentamente. El mago indica voluntad.




 LA SACERDOTISA II: Muestra a una mujer que sujeta un libro abierto sobre su regazo, mientras permanece cómodamente instalada en un gran sillón en el centro de una luminosa habitación. En la estancia, pavimentada con baldosas blancas y negras (simbolizan el yin y el yang), podemos ver una librería llena de libros y un gran espejo (símbolo de poder y del alma humana). La señora luce un vestido blanco que llega hasta sus pies, justo donde permanece tumbado un gato. Todos los elementos presentes son símbolos que nos remiten a las cualidades y poderes de la Sacerdotisa. La sacerdotisa sugiere sabiduría interior.




LA EMPERATRIZ III: Se nos presenta como una mujer embarazada que oculta su abultado vientre bajo la tela de su vestido de color amarillo (símbolo de alegría y luz). Su cabello se recoge sobre la cabeza con una gran cinta, que imita a una corona, y reposa sus pies sobre una piedra plana (en ocasiones, simboliza el alma humana), sentada en medio de un frondoso jardín como si fuera una reina en su trono (simboliza la naturaleza). Por el sendero que se encuentra detrás de ella, caminan en direcciones opuestas un hombre y una mujer (representación de las dos polaridades). La emperatriz habla de creatividad.

EL EMPERADOR IV: Nos muestra a un señor típicamente inglés, con avenidas pavimentadas y setos y árboles muy bien podados (orden y control). Se encuentra sentado en un jardín que rodea al personaje del estilo rústico, lo que lo hace más natural y aparentemente desordenado. El hombre, de avanzada edad, luce una peluca al estilo de la época y viste levita, chaleco y calzas cortas. El sillón es robusto y de alto respaldo (símbolo de altruista). El emperador expresa estructura y gobierno.








EL PAPA V: Nos muestra la imagen de un pastor anglicano, subido a un púlpito, sobre el que se ve el libro abierto de las sagradas escrituras (simbolizan las diferentes religiones). El clérigo está pronunciando un sermón frente a las cabezas engalanadas con vistosos sombreros de cuatro mujeres y un hombre que aparecen al púlpito (representación de la palabra de Dios). Detrás de él vemos las altas nervaduras del arco de una catedral gótica. El papa desprende moralidad y enseñanzas.




LOS ENAMORADOS VI: Nos presenta una escena típica de las novelas románticas. En ella vemos el interior de una habitación en la que aparece sentado, ante un escritorio, un apuesto joven burgués que está escribiendo una carta. Con una mano sostiene un espejo en el que se refleja la joven que permanece frente a la ventana abierta, pero en el reflejo la mujer lleva una túnica con los brazos descubiertos y el pelo recogido en alto (simbolizando así la tentación). Detrás del hombre, y apoyando las manos sobre su espalda, aparece una dama de aspecto elegante, que sin duda representa la decencia y el decoro. Los enamorados aluden a decisiones y almas gemelas.




EL CARRO VII: Muestra una escena en la que una sonriente joven morena con sombrero y traje de montar azul (símbolo de espiritualidad) cabalga al galope sobre un brioso caballo (representación del instinto). Detrás, y recortado contra el verde de los árboles del bosque, se entrevé un carruaje, de apariencia fantasmal, tirado por dos caballos y guiado por un cochero. El carro indica movimiento y victoria.




LA FUERZA VIII: Encontramos en primer plano a una joven dama sentada en un muro de piedra del puerto junto a un hombre, algo mayor y de apariencia menos aristocrática, que parece querer abarcarla con sus brazos. Ella le detiene acercando su delicada mano enguantada a la boca de él. La fuerza sugiere valor físico y espiritual.




EL ERMITAÑO IX: Nos muestra, sentado frente a un escritorio ubicado en una biblioteca, a un hombre anciano de clase alta que parece leer uno de los volúmenes que se encuentran sobre el pupitre, junto a un tintero y un candil. El anciano apoya una mano sobre su cara mientras con la otra pasa las páginas del libro. Detrás de él, aparece una estantería de madera atestada de libros. El ermitaño indica la sabiduría y el conocimiento.




LA RUEDA X: Se ha utilizado la escena más frecuentes entre la clase media-alta de la Inglaterra del siglo XVIII: un baile de salón. En la imagen vemos, en primer término, dos parejas que bailan alegremente en un salón decorado. Las danzas de esta época, sobre todas las circulares, tenían carácter sagrado y solían representar los movimientos de los astros. La rueda significa hado y destino.




LA JUSTICIA XI: Se ha utilizado uno de los emblemas de Maat, diosa egipcia de la justicia, una pluma blanca de gran tamaño que atraviesa todo la carta en diagonal. En la parte superior izquierda, vemos a un hombre acomodado que está escribiendo una carta (lo mental y lo masculino). Mientras, en la parte inferior derecha, aparece una mujer con flores en el pelo que está leyendo la misiva (lo emocional y femenino). Todo el fondo de la carta está escrito como si fuera la epístola (parte de la misa católica de algún fragmento de las cartas escritas por los apóstoles). La justicia es el karma y el equilibrio.








EL COLGADO XII: Nos presenta a una mujer joven vestida de blanco (símbolo del alma en estado de pureza) que está encaramada a una escalera (emblema ascensional) intentando colgar unas cortinas. Al perder el equilibrio, se inclina sobre su cintura. La escena se produce en el interior de una amplia estancia en la que, además de un sillón, podemos ver una estantería llena de libros (representación de la sabiduría) y un piano (alegoría de la vibración). El colgado expresa sacrificio y transformación espiritual.


LA MUERTE XIII: En ella vemos un anciano muerto en su lecho y, arrodillado junto a él, a su afligido hijo, que coge entre sus manos una de las del difunto. La tenue luz de una vela luminosa el lívido rostro del muerto, mientras una mujer, posiblemente la esposa del hijo, asoma vestida de negro por el quicio de la puerta. En el plano del fondo se vislumbran las siluetas de dos jóvenes (símbolo de continuidad). La muerte nos habla de transformación y renacimiento.



LA TEMPLANZA XIV: Se encuentra en el centro un piano, un instrumento muy frecuente entre la clase acomodada de los siglos XVIII y XIX. Frente a él, una dama vestida de añil (símbolo de la espiritualidad) tiende la mano a una joven vestido de color salmón (símbolo de lo carnal). En la pared del fondo, un cuadro reproduce la imagen de un ángel (ser inmaterial que media entre Dios y los hombres). La templanza indica el amor incondicional.










EL DIABLO XV: Aparece una hermosa mujer morena vestida de rojo (color de la pasión y la tentación), que permanece de pie en un salón de estilo neoclásico. La mujer apoya una de sus manos en la espalda de una muchacha vestida de blanco que inclina su cabeza (símbolo de la inocencia oprimida), mientras que, a su espalda, un joven con una casaca verde (representación de la fuerza masculina creativa) cae rendido a sus pies. Al fondo de la estancia, aparece una joven de casto aspecto. El diablo indica materialismo y esclavitud.







LA TORRE XVI: A los pies de un acantilado aparece el cuerpo sin vida de una mujer sobre la que se inclina otra que, sin duda, intenta ayudarla. A su alrededor, se arremolinan dos damas y tres caballeros para curiosear. Detrás de ellos, el mar (símbolo del inconsciente) se extiende hasta el horizonte. La torre sugiere obstáculo y peligro.












LA ESTRELLA XVII: Está representado por dos parejas típicas de la Inglaterra; los dos hombres visten como oficiales británicos, mientras que las mujeres llevan trajes estilo camisón. Los cuatro representan la materia y aparecen de espaldas frente a un gran ventanal por el que puede verse un único punto de luz, la estrella que simboliza el espíritu. En la pared que está junto a ellos, hay un cuadro con la imagen de una Virgen (símbolo de la diosa y su hijo). Al otro lado de la pared, se ve una cama con una joven enferma (el alma) atendida por un médico. La estrella indica fe y esperanzas recompensadas.










LA LUNA XVIII: Nos muestra una plateada luna llena (el misterio y el inconsciente) asoma desde detrás de un gran ventanal, iluminando con su luz el interior de una habitación. En ella, una mujer de austero semblante (encarnación de la soledad) y cubierta con un camisón mira fijamente el grabado de una joven pareja de enamorados (símbolo del amor) que aparece en la bandeja que reposa sobre la mesa frente a ella, junto a una jofaina y un cepillo de pelo. La luna habla del misterio y de lo femenino).


EL SOL XIX: Representa la escena bucólica de una joven pareja. El joven luce un traje de campo inglés con botas altas y ella lleva un vestido camisón. Ambos encarnan las dos polaridades y caminan charlando animadamente en un claro día primaveral por un sendero bordeado de flores y frondosa vegetación (símbolo de la naturaleza). El sol es la libertad y la alegría.











 EL JUICIO XX: Vemos a una idílica imagen familiar posando como para un retrato de familia o una fotografía a una pareja de jóvenes enamorados (representación del amor), a una joven vestida de novia (símbolo de la pureza), a una mujer con un bebé en brazos (símbolo de la maternidad) y a un anciano que desde detrás parece querer abarcar a su familia con los brazos abiertos (emblema de lo perdurable). El juicio sugiere restablecimiento y renacimiento.










EL MUNDO XXI: Nos muestra un óvalo de flores multicolores que enmarcan a una feliz pareja de recién casados. Alrededor de las flores y en cada una de las esquinas de la carta, vemos un bebé (símbolo de la descendencia), una vara (símbolo de poder), un ramo de rosas rojas (representación del amor y la pasión), y, por último, una pluma (símbolo de inspiración). El mundo indica danzar en los límites del mundo.