domingo, agosto 16

TAROT LIBER-T

HISTORIA

A partir del siglo XIX, el interés por el ocultismo, la cábala, la alquimia y el tarot resurgió y dio como resultado un gran cúmulo de sociedades secretas y confraternidades mágicas, que competían entre ellas reclamando el honor de ser las auténticas depositarias de los secretos iniciáticos de la Antigüedad, esforzándose por crear un sistema que unificara todas las disciplinas herméticas. Algunas de ellas vieron en las teorías sobre el tarot que sustentaba el cabalista y erudito Alphonse Louis Constant (Eliphas Levi) el nexo que buscaban para unificar los conocimientos esotéricos en un solo libro de sabiduría.
En este contexto, el joven Aleister Crowley se inició en 1898 en la orden hermética de la Golden Dawn (Alba Dorada). Posteriormente, fundó su propia orden hermética, la Argenteum Astrum, y se consagró a ella y al estudio del Tarot hasta que concluyó su obra The book of Thoth (1944), en la que Crowley abocó su particular filosofía y las creencias mágico-simbólicas que había adquirido tras largos años de estudio.
El Liber-T o tarot de las estrellas eternas está basado en el the book of Thoth de Crowley y es una reelaboración amplificada y autorizada por el actual imperator del Argenteum Astrum.
El diseño de este Tarot mantiene la estructura de los 22 arcanos mayores de los tarots clásicos, aunque sus títulos varían para adaptarse a los contenidos simbólicos y las correlaciones astrológicas y estelares que aparecían en los documentos secretos. Así, por ejemplo, el arcano I recibe el nombre de Magus; el Papa V pasa a ser el Hierofante; la Justicia, la Adaptación; la Rueda, la Suerte; la Fuerza, la Libido; la Templanza, el Arte, etc.
En cuanto a los arcanos menores, su distribución en cuatro palos y su número son idénticos a los de los tarots clásicos, aunque es este caso el palo de bastos recibe el nombre de Cetros y el de oros el de Pentáculos. Las cartas de la corte reciben el título de Princesa, Caballero, Reina y Príncipe, que corresponden a la sota, el caballo, la reina y el rey.


SIMBOLOGÍA DE LOS ARCANOS MAYORES


EL LOCO (0): Muestra a un ser cornudo vestido de color verde que parece irrumpir inesperadamente en el espacio. Con la mano izquierda esgrime un haz de llamas, mientras que la derecha sostiene un cristal de cuarzo (elemento iniciático y sanador). Sobre sus genitales aparece un sol y entre sus cuernos luce un cristal de luz. El racimo de uvas (emblema el éxtasis), junto con las anteriores características, nos remiten al dios Dionisio, que parece sujetar una bolsa repleta de globos astrológicos. Una espiral luminosa, en cuyos extremos aparecen un buitre (símbolo protector) y una paloma (emblema de Venus), envuelve al Loco.



EL MAGUS (I): Se nos presenta bajo la imagen desnuda del dios Thoth. Sobre su mano derecha vemos el estilo, punzón para escribir, mientras que a su izquierda aparece un papiro. Flotando a su alrededor surgen, además de los emblemas de los cuatro elementos (moneda, copa, espada y llama), el huevo cósmico y la vara de poder. La cabeza del mago se muestra coronada por un Sol alado. Bajo sus pies, también alados, se encuentra el animal sagrado del dios Thoth: un mono. Toda la imagen representa el mercurio de los alquimistas.




LA GRAN SACERDOTISA (II): Muestra una gran diosa omnipotente. Su imagen recoge las diferentes características con que la humanidad ha dotado a las diosas vírgenes. Por ello, en sus rodillas reposa el arco de Artemisa (diosa de los bosques y de la Luna), mientras que su tocado parece una reminiscencia de las coronas de Isis y Hathor (diosas de la magia y del amor, respectivamente) y sus ocho brazos recuerdan los de Kali Maa (diosa hindú de la Vida y la Muerte). Con la vibración que nace de la Gran Sacerdotisa, se teje la malla que posibilita la posterior formación del mundo ilusorio de las formas que aparecen como diseños etéreos a sus pies.


LA EMPERATRIZ (III): Nos muestra a una mujer coronada por un orbe sujeto con los cuernos de la diosa Hathor sentada en un trono. Con la mano derecha sostiene una flor de loto (símbolo de espiritualidad). A sus pies vemos un escudo con dos águilas blancas (símbolo alquímico), un pelícano abriéndose el pecho para alimentar a su prole (alegoría del amor materno) y una rosa blanca (flor emblemática de Hathor). Toda la imagen representa la sal alquímica.





EL EMPERADOR (IV): Nos muestra una figura masculina que luce todos los atributos de un emperador: la corona, el globo y el cetro. A sus pies aparece un cordero con un estandarte, encarnación de Cristo y emblema de la fiereza domesticada gracias a la autoridad, y un escudo con la representación de dos águilas rojas (símbolo de la obra al rojo de la alquimia). Toda la imagen representa el azufre alquímico.
El cetro del emperador está rematado por la cabeza de un camero (símbolo zodiacal de Aries). Este emblema también aparece en los capiteles que rematan el trono.


EL PAPA o HIEROFANTE (V): En esta ocasión ha cambiado su trono papal por un toro, el que corresponde al arcano. La mujer con la espada de la parte inferior es Venus, armada en honor al planeta que rige Tauro. El niño de la estrella en el pecho del Hierofante es el nuevo Aeón (encarnación de la mente) y la ley inmutable del universo durante una era. Los animales de las esquinas del arcano representan al tetramorfos.
El anciano hierofante luce un tocado enmarcado por un rosetón que representa la rosa de cinco pétalos Rosacruz, sobre la que aparece una serpiente. En su mano derecha, sujeta la llave del reino ramatada por tres círculos.

LOS ENAMORADOS (VI): Representa una reina blanca y un rey negro que simbolizan el matrimonio alquímico. Junto a ellos, dos hermanos, uno negro con un garrote y otro blanco con un ramo de rosas (representan la dualidad). Detrás de ellos aparecen el león rojo y el águila blanca de la alquimia. En la parte inferior de la carta se encuentra el huevo cósmico rodeado por la serpiente.
La parte superior del escenario de los enamorados está dominada por Cupido, situado entre Eva y Lilith, que lanza su flecha hacia la reina blanca y el rey negro.




EL CARRO (VII): Muestra a un guerrero acorazado que sustenta entre sus manos el Grial. Sobre su yelmo luce un cangrejo, animal emblemático del signo que preside el arcano, Cáncer. En cuanto al tiro del carro, está formado por cuatro esfinges que simbolizan los cuatro querubines; el toro, el león, el águila y el hombre.
El dosel que protege el Carro está sustentado por las cuatro columnas del universo; las ruedas son de color escarlata (símbolo de la energía universal).




LA JUSTICIA o ADAPTACIÓN (VIII): Es una mujer enmascarada y coronada con las plumas de avestruz de la diosa egipcia de la justicia Maat. Esta mujer-diosa se sustenta en perfecto equilibrio sobre las puntas de sus pies. Los platillos de la balanza están formados por dos esferas (alfa y omega) en perfecto equilibrio.







EL ERMITAÑO (IX): Nos muestra a un anciano caminando en la noche e iluminado únicamente por la lámpara que porta con la mano izquierda y en cuyo centro resplandece el Sol (emblema de la divinidad). Frente a él podemos ver el huevo cósmico (símbolo de la forma primordial del cosmos).
A los pies del ermitaño aparece el Can Cerbero, perro de tres cabezas que guarda las puertas del infierno y una semilla luminosa en forma de espermatozoide que surge desde el abismo.




LA RUEDA o SUERTE (X): Nos muestra una gran rueda dorada de diez radios suspendida en el espacio y con una estrella en su eje. Sobre la rueda aparecen tres figuras: la esfinge que sostiene una espada, Hermanubis bajo la forma de un mono y Tifón-Set, en forma de cocodrilo. Este último porta el ankh (cruz egipcia de la vida) y un heka (báculo de mando egipcio).
En la parte superior de la suerte, las estrellas parecen crear una red de energía-luz que desciende atravesando el espacio en forma de rayos.




LA FUERZA o LIBÍDINE (XI): Se nos representa una figura de la mujer escarlata del Apocalipsis (simboliza el alma cubierta con el espíritu), montada sobre la bestia de varias cabezas en forma de león y con cola de serpiente (representa fuerza y sabiduría), fuerza primigenia instintiva.
La mujer del arcano de la fuerza sujeta con la mano izquierda las riendas (símbolo de control), mientras con la derecha sostiene el Santo Grial que estalla en luz, amor y muerte.




EL COLGADO (XII): Nos muestra a un hombre joven, el iniciado, colgado del ank por un pie atado a una serpiente, fuerza que protege la vida. Tanto sus dos manos como su otro pie están clavados a sendos círculos de color verde (símbolo de la redención y la gracia).
Bajo la cabeza iluminada del colgado aparece el abismo en el que se mueve una serpiente. Sobre su pie, y rodeando la cruz egipcia de la vida, vemos un gran Sol que irradia luz a la imagen.




LA MUERTE (XIII): El protagonista es un esqueleto que ejecuta la danza macabra de la muerte esgrimiendo su guadaña (símbolos todos de Saturno). Aunque su cabeza está coronada por el tocado de Osiris, dios egipcio de los muertos, podemos observar que se trata de una marioneta movida por hilos casi invisibles.
La muerte muestra tres de los animales simbólicos de Escorpio, el signo que rige el arcano (simboliza la muerte y la regeneración); el escorpión, la serpiente (señora de vida y muerte) y el águila sobre la cabeza del esqueleto (simboliza al emisario).





LA TEMPLANZA o ARTE (XIV): Es la representación de una de las fases más importantes de la gran obra de la alquimia, donde los elementos contradictorios se mezclaban de manera armoniosa en un caldero. Es la consumación del matrimonio real.
En el arte se puede leer: Visita interiora terrae rectificando invenies ocultum lapidem (significa visita las partes interiores de la Tierra; mediante la rectificación encontrarás la piedra oculta). Las iniciales forman la palabra vitriol, el disolvente universal de la gran obra alquímica.





EL DIABLO (XV): Aparece el macho cabrío frente al tronco del árbol de la vida que atraviesa el círculo de los cielos. Esta figura es el símbolo de Capricornio, signo zodiacal que domina el arcano y representación animal del dios Pan Pangenetor, el que todo lo engendra.

LA TORRE (XVI): Se muestra partida por la mitad por la acción conjunta de los rayos procedentes del ojo divino de Horus y de las llamas escupidas por la boca de la bestia desde el infierno. Desde sus almenas se lanzan cuatro figuras humanas. Simboliza la destrucción de la materia por el fuego.







LA ESTRELLA (XVII): Muestra a una mujer joven de larga cabellera que sostiene dos copas, una elevada, con la que alimenta el espacio estelar, y otra dirigida hacia abajo, para nutrir la tierra. Más allá de la esfera celeste, en la parte superior izquierda, vemos bajo la forma de un sello hermético la estrella de Babalón, materialización de la diosa Nuit (la mujer escarlata). De ella surgen los rayos de luz espiritual.





LA LUNA (XVIII): Entre las onduladas aguas aparece el Khephri (escarabajo sagrado egipcio). En sus mandíbulas lleva un disco solar (símbolo de resurrección y del Sol naciente). Éste pasa entre dos torres oscuras custodiadas por la doble figura de Anubis, el dios chacal guía y protector de los muertos.
Las figuras de Anubis de la parte superior del arcano de la luna llevan en sus manos las llaves de la vida, formadas por la conjunción de los símbolos de Venus y Mercurio.




EL SOL (XIX): Está representado con lenguaje heráldico, ya que podemos ver al sol engastado con una rosa sobre un monte verde, blasón perteneciente al señor del Nuevo Aeón. La rosa central representa el florecimiento de la influencia solar durante la nueva era. Alrededor de la irradiación solar aparecen los signos del zodíaco.






EL JUICIO o EÓN (XX): Sigue los conceptos simbólicos-místicos de la orden hermética de la Golden Dawn. En él se nos muestra Horus, dios halcón solar, encarnación del actual Aeón, que surge dentro del huevo cósmico generado por el abrazo de Nuith, diosa estelar egipcia, y su consorte Hadit, bajo la forma de un sol alado (símbolo de la eterna energía).






EL MUNDO o UNIVERSO (XXI): Está representado por la imagen de una doncella (símbolo del universo) que manipula con sus manos la fuerza radiante espiral, a la vez activa y pasiva, bajo la forma de una serpiente, mientras danza recreando el universo. La energía para su danza le viene dada por el ojo de Horus, que irradia desde lo alto. En las cuatro esquinas del Universo aparecen los cuatro querubines o bestias sagradas.