jueves, septiembre 10

MEDIEVAL

HISTORIA

Después de la caída del Imperio romano, Europa sufrió la descomposición de las estructuras sociales sustentadas por el imperio. Esto, unido a las invasiones de los pueblos denominados bárbaros, provocó que el territorio cayera en una época oscura en la que con el tiempo se implantó el feudalismo. 
Los nobles y el clero ejercían un poder político, religioso y social absoluto sobre sus vasallos, por lo que, a lo largo del los siglos X, XI y XII, al saber se concentró casi exclusivamente en los monasterios.
A partir del siglo XIII, la mejora de las técnicas agrícolas y cada vez mayor la influencia de los burgueses, hombres libres con oficios numerados, tales como mercaderes, herreros, constructores, etc., unidas a un mayor flujo tanto de mercancías como de conocimientos entre los burgos y ciudades de toda Europa. Posibilitó que las ideas se extendieran y que naciera un nuevo tipo de persona, más refinada y culta, cuya expresión artísticas y conocimientos científicos y filosóficos quedan reflejadas en este espectacular Tarot Medieval.


SIMBOLOGÍA DE LOS ARCANOS MAYORES



EL LOCO (0): Representa a un bufón vestido a la usanza de la Edad Media. Su gorro de forma fálica incorpora orejas de burro (encarnación de la ignorancia) y los colores del damero (símbolo del yin y el yang). Los cascabeles del gorro, las medias y la camisa representan su capacidad como transmisor de vibraciones. Frente a una pared repleta de dibujos geométricos (expresiones lineales de las verdades espirituales que crean el universo).





EL MAGO I: Nos muestra un alquimista en su laboratorio, con la mano izquierda sujeta una especie de matraz o vaso alquímico y con la derecha el Uroborus, símbolo de la transmutación de la materia. Detrás de él, una cortina blanca sujeta al muro separa lo profano de lo divino. En el suelo cubierto de losetas grabadas con diversos anagramas (simbolismo de la cábala), vemos un horno para cocer la materia, un almirez (mortero) y una escuadra.
En el arcano del mago aparecen, como si estuviese flotando, un compás, una tenaza y un disco de oro, todos estos objetos representan tanto las herramientas de la alquimia como los instrumentos tradicionales de la masonería.


LA SACERDOTISA II: Se presenta como una dama de la época vestida totalmente de azul (color de la espiritualidad) y sentada dentro de un recinto cerrado, emblema de protección e imagen de la matriz femenina. Sobre el regazo de la dama se apoya un voluminoso libro abierto, materialización del Libro de la Vida (símbolo de sabiduría). 
La sacerdotisa del tarot de marsella se encuentra sentada en un trono, mientras que el tarot medieval se encuentra sentada directamente en el suelo de un reciento amurallado.



LA EMPERATRIZ III: Está personificada por una joven mujer coronada, vestida lujosamente de azul y sentada en un trono tapizado con ricas telas verdes y doradas (color de crecimiento y espiritualidad), lo que la convierte en la emperatriz de ambos mundos. A sus pies, las losas del pavimento reproducen el águila imperial (símbolo de visor).






EL EMPERADOR IV: Es un hombre barbudo, coronado y vestido íntegramente de rojo (color de la materia y pasión). Detrás de él, bordado en oro en el tapiz de su trono, aparece el águila imperial, al igual que en las losas del suelo. Con la mano derecha sujeta un cetro, mientras que con la izquierda sustenta el globo que representa su poder.






EL PAPA V: Aparece sentado en el trono de San Pedro, lo que queda patente en las losetas del suelo, que reproducen las llaves del Paraíso. A pesar de ello, en el tapiz que aparece detrás de él podemos ver claramente bordadas en oro dos granadas (símbolo femenino y de la diosa), más propio de la Sacerdotisa que del Papa.
El vestido del Papa es de color blanco (pureza), y luce la triple tiara papal que le otorga poder en los tres reinos.




ENAMORADOS VI: Nos muestra la escena del amor gentil (amor puro entre un caballero y una dama), tan de moda durante la Edad Media. En él podemos ver a un hombre vestido de rojo (color de lo material) y a una mujer de azul (espiritualidad), paseando por un jardín.
Desde el cielo, Cupido (representa al Dios del Amor, Eros), se apresta a lanzarles su flecha para enamorarlos (sentimientos).





EL CARRO VII: Muestra a un noble de la época conduciendo una carroza cuadrada (símbolo del mundo material) tirada por dos caballos (las fuerzas vitales sublimadas). El auriga lleva la mano izquierda cubierta con un guantelete metálico (símbolo de la protección de su psique) con el que sujeta una larga vara, que alude a su poder.






LA JUSTICIA VIII: Tanto los motivos de la pared como los del suelo son determinantes para el simbolismo de esta lámina. En este caso, muestran avestruces, un animal consagrado a la diosa egipcia Maat y cuyas plumas servían para pesar el corazón de los justos. En cuanto al personaje central, se trata de una mujer vestida de blanco (pureza), que sujeta una balanza y una espada, instrumentos simbólicos que representan la justicia (equilibrio).





EL ERMITAÑO IX: Es la representación medieval de Saturno, dios del Tiempo. Encarnación de lo eterno, se nos presenta como un sabio anciano que camina cerca de un bosque (símbolo del santuario natural). Tanto su larga barba como su cabello son blancos, símbolo de pureza de sus pensamientos.
En la mano izquierda lleva un reloj de arena (emblema del tiempo), mientras que con la derecha se apoya en un bastón.





LA RUEDA X: Nos muestra un gran bastidor de madera donde está montada una rueda (representación simbólica de los ciclos de cambio). Una joven mujer, que encarna a la diosa Fortuna, sujeta con la fuerza la manivela que hace girar la rueda. Sobre ésta encontramos cuatro personajes que giran según el capricho de la dama. El que está arriba aparece coronado y viste como un rey. A su izquierda, un hombre cae. En la parte más baja, otro personaje, que parece haber perdido la corona, permanece cabeza abajo. Y en la parte izquierda, vemos a un noble que parece querer alzarse hasta lo alto. Ilustra los cambios con una representación del algunos estamentos sociales.


LA FUERZA XI: Aparece una joven dama vestida de azul (color de la mente y lo espiritual) y blanco (símbolo de pureza), y tocada con un sombrero al gusto de la época medieval. Con sus manos, la joven abre las fauces de un león (símbolo solar y de poderío) sin aparente esfuerzo.







EL COLGADO XII: Es un joven cortesano, elegantemente vestido y con la apariencia de un príncipe, que permanece atado por un pie (representación del alma) a un travesaño apoyado sobre dos pértigas símbolos de los dos árboles del paraíso y de las dos columnas del templo de Salomón). Sus calzas son rojas, un color activo, y sus brazos están cubiertos por mangas azules y blancas (símbolo receptivo y de pureza).
La imagen que aparece en el arcano del colgado es muy parecida a la del nuevo tarot de marsella. La diferencia más notable, aparte del vestuario del protagonista, es que en el tarot medieval éste tiene las manos a la vista.



LA MUERTE XIII: Bajo la forma de un esqueleto, aparece rendida a los pies de una joven doncella de carnes firmes y rosadas que luce un tocado propio de la Edad Media y cubre su pubis con un velo. La joven se nos muestra de pie sobre una almohada roja con cuatro cascabeles (símbolo de la materia y la vibración energética que la sustenta. El conjunto de la escena de la muerte representa el triunfo de la vida sobre la misma muerte.





LA TEMPLANZA XIV: Nos muestra a una joven dama, vestida de rojo y verde (los colores de la materia y de la multiplicación alquímica), que manipula unos matraces o vasos alquímicos, entre los que trasvasa el agua mercurial de los filósofos (símbolo de lo volátil).
La escena de la templanza se ha trasladado a un interior en el tarot medieval, al contrario que en el tarot de marsella cuya escena es el exterior. Las alas de la templanza en este último han desaparecido y reaparece uno de los temas que más se popularizaron durante la Edad Media la alquimia o el arte de la transmutación de los metales.


EL DIABLO XV: Muestra como figura central a un ser grotesco, a medio camino entre una quimera y una gárgola de catedral medieval. Presenta alas de murciélago, garras de ave y cuernos, rabo y patas de macho cabrío. En cuanto a su rostro, de rasgos felinos, ostenta grandes colmillos. El personaje, afianzado entre dos montículos, debajo de los cuales surge el fuego del infierno, levanta el brazo al cielo con gesto amenazador.





LA TORRE XVI: Forma parte de un conjunto arquitectónico de la época medieval. Sus blancas almenas, pináculos y ventanales de estilo gótico se integran en una ciudad amurallada. La torre principal de la muralla se encuentra partida por la mitad, retomando con ello el simbolismo del arcano de la torre, aunque, en este caso, no aparece ningún rayo, ya que el cielo permanece sereno y azul.
Las diferencias más evidentes entre los tarot son la ausencia de personajes y de fenómenos atmosféricos.




LA ESTRELLA XVII: Reproduce la figura de una dama medieval cortesana ricamente vestida en rojo, azul, dorado y armiño (símbolos de la materia, el espíritu y la pureza). Con sus brazos abiertos parece desplegar en el cielo las estrellas doradas que iluminan la noche cerrada. A sus pies se extiende un campo de hierba y tras ella, en el horizonte, se recortan unas montañas azules.






LA LUNA XVIII: Ilustra la pasión medieval por la astronomía. En él vemos a una mujer, posiblemente la Sophia de los sabios (sabiduría divina personificada), con un libro entre las manos (ciencia), que señala hacia la Luna, que permanece suspendida en el hermoso cielo nocturno. Sentado frente a ella, y aparentemente absorto, un monje, con un libro en su regazo, parece meditar sobre lo que la mujer le está mostrando.






EL SOL XIX: Se desarrolla sobre un prado cubierto de flores y cercado por un campo de girasoles (emblema solar). Los dos personajes que aparecen son una joven pareja de nobles (representan el yin y el yang bajo la luz solar del espíritu). Ella viste de azul y armiño, colores del espíritu y de la pureza (también la feminidad). Él viste de rojo y armiño (color de la materia y lo masculino).






EL JUICIO XX: Muestra un camposanto cubierto de tumbas abiertas desde las que se elevan cinco personajes; un rey (poder terrenal), un cardenal (poder espiritual) y tres damas (encarnación de la potencia de ambos, más el alma, la mujer con el sombrero en forma de cono representa el universo).
Sobre los resucitados, aparecen dos ángeles (mensajeros de la divinidad) tocando las trompetas del juicio final.





EL MUNDO XXI: Es una imagen idealizada del mundo tal y como lo concebían los filósofos medievales. En las esquinas de la carta aparecen cuatro personajes: una dama que vierte agua desde el cielo (elemento agua), un ángel con un pájaro (elemento aire), un joven vestido de blanco con una rama derecha (elemento tierra) y un hombre maduro que sujeta una llama (elemento fuego).
En el centro del arcano aparecen cuatro burgos (reinos), protegidos por tres guerreros. Las poblaciones están separadas por los cuatro ríos del mundo, que les rodean para derramarse luego sobre la tierra.